El mirador de San Vicente es una muestra más de la cantidad de lugares con alto valor paisajístico que podemos disfrutar en la provincia de Pontevedra.
Para llegar al mirador de San Vicente podréis comenzar la ruta desde el Área recreativa Cruz da Portela, en el municipio de O Rosal. Aquí os encontraréis con un merendero con varias mesas y bancos de piedra muy curiosos. En el lado norte, a pocos metros, podréis visitar la famosa Cruz da Portela y en el lado opuesto un camino de tierra que os llevará al mirador.
El trayecto es sencillo y apenas unos 250 metros os separarán de el merendero hasta el mirador, por lo que perfectamente podréis hacer esta ruta con niños.
En un primer lugar, podréis encontraros un mirador encima de una «casa» abandonada que antiguamente se utilizaba para practicar tiro al plato. Desde este punto podréis observar los dos miradores, ahora si, con algo más de encanto. Uno de ellos muy chiquitito y de difícil acceso ya que para acceder a lo más alto habrá que trepar una piedra vertical. (Si sois bajitos como yo olvidaros el subir)
El otro, un promontorio algo más accesible y estable, excepto los días de fuerte viento que notaréis como se os menea el cuerpo a base de bien. Desde este alto tendréis unas vistas privilegiadas al Condello da Guarda, Oia, Cabo Silleiro y al fondo, en una esquinita, las Islas Cíes.
A estos dos miradores se accede por medio de un campo de tojos. Ya os aviso que os váis a pinchar un poquito, pero merecerá la pena.
Si os encontráis con fuerzas y con ganas, podéis continuar el camino en dirección sur hasta las dos antenas que están situadas en la cima para visitar las famosas esculturas de Monte Torroso.
MUCHO OJO porque la visita es muy peligrosa. No es para nada recomendable visitarla con niños.
Para acceder a las esculturas, tendréis que situaros en el camino de cemento que sube hacia la torre roja y blanca. A vuestras espaldas os encontraréis un montículo con un pequeño camino formado por las pisadas de algunas personas aventureras que se han atrevido a llegar hasta aquí.
Ahora tendréis que empezar a bajar las rocas y fijaros bien porque estas figuras están talladas en las piedras y se ocultan bastante bien.
A mano derecha os encontraréis con una especie de pájaros, a mano izquierda dos tortugas y un poco más abajo a mano izquierda divisaréis el busto de un hombre solitario.
Estas figuras fueron talladas por los escultores Pepe Antúnez Pousa, Félix G. Fidalgo y Alejandro Durán.
Tengo que dar las gracias a Diego Loira (@diegoloira_ en Instagram), ya que sin su ayuda «virtual» no las hubiera encontrado ni de broma. Ya os digo que casi termino en Portugal de tanto que he caminado y al final, estas figuras estaban en un punto dónde yo ya había estado antes.
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