Mucho se ha hablado este año del famoso Embalse de Eiras y todo apunta a que con el cambio climático el problema de las sequías seguirá siendo motivo de discusiones entre políticos. Mientras ellos deciden en los despachos, nosotros también podemos poner nuestro granito de arena ahorrando agua todo lo posible. Ya os había hablado de ello en este artículo y es que al final cualquier pequeño gesto resulta de gran importancia.
Dicho lo que realmente nos interesa es conocer un poco más la historia de la presa y la preciosa ruta que serpentea alrededor del cañón.
El gran crecimiento poblacional de Vigo provocó una severa escasez de agua en la ciudad lo que llevó a tomar una importante decisión. Era necesario construir una presa que abasteciera de agua a la población junto con el embalse de Zamanes (construido en 1960). Para ello, aprovechando el cauce del río Oitavén, en Fornelos de Montes, se inauguró la presa de Eiras el 21 de marzo de 1977 presidida por el ministro de Obras Públicas, Leopoldo Calvo Sotelo, con un coste final de 143 millones de pesetas. Al mes siguiente, la constructora abría las compuertas a propósito, provocando un desabastecimiento, para protestar por una deuda no cobrada.
El embalse ocupa una extensión de 149 hectáreas y ocupa parte de Fornelos y Ponte Caldelas.
La presa exactamente está situada en el ayuntamiento de Fornelos y su pared de hormigón en bóveda de doble curvatura. Dispone de una capacidad de 21,5 Hm³.
La cota de lecho del río es de 195 m en el punto de construcción de la presa y el labio del rebosadero se encuentra en la cota 237,5 m.
El conjunto de conducciones de aducción está formado por el Canal de Eiras, sifón de los Valos y el túnel de la Madroa. El Canal de Eiras es el principal elemento de este conjunto. Se trata de una conducción de acero helicosoldado de diámetro 1200 con caudal de diseño de 3.000 l/s. El conjunto tiene una longitud de 32 Km.
Precisamente este tubo será el que nos dirija a través de un espectácular paseo por el márgen izquierdo del «cañón». Se trata de una ruta muy conocida por los amantes de BTT, aunque también se puede realizar un tramo más cortito andando con niños.
Basta con dejar estacionado el coche en la zona de aparcamiento y bajar una cuesta de tierra hasta llegar a una bifurcación. Si giráis a la derecha y seguís bajando podéis llegar prácticamente a la parte baja de la presa. Os aconsejamos llevar chuvasqueros y botas de agua ya que la fuerza con la que sale despedida el agua produce una importante manta de llovizna.
Volvemos al punto inicial y continuamos unos 500 metros para disfrutar de las vistas de la garganta que forma las montañas. Desgraciadamente los incendios han arrasado el margen derecho tiñendo de negro prácticamente toda la ladera.
El final del paseo se completa con un montón de fotos en lo alto de la presa. Los peques se lo pasan genial escapando de la llovizna y si os da tiempo aun podéis hacer una parada en el Puente colgante de Soutomaior.
COMO LLEGAR AL EMBALSE DE EIRAS
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