El Cão de Castro Laboreiro es una de las razas más raras del mundo, con una población mundial estimada entre 200 y 500 perros y es por ello que han querido rendirle un homenaje con una gran escultura.
Se trata de un perro pastor portugués que se usa como guardián del terreno y el ganado. El perro de castro Laboreiro (o simplemente Laboreiro) tiene un aspecto muy poderoso y es muy dominante, por lo que necesita un dueño capacitado para controlarlo. Con una buena educación, al igual que cualquier perro, se puede sacar lo mejor de él.
El Laboreiro siempre buscará terreno elevado para descansar donde pueda vigilar su rebaño, de ahí que se haya escogido para situar esta escultura una de las enormes rocas que conducen al Castillo de Castro Laboreiro que por si no lo conocéis, os resumo la historia de esta impresionante construcción.
Se trata de las ruinas de un castillo románico con un cinturón de murallas alrededor de un torreón central con un aljibe. Está ubicado en la cima de una colina aislada a 1.033 metros (3.389 pies) sobre los ríos Minho y Lima. Tiene planta ovalada, orientada de norte a sur, con restos de murallas levantadas sobre riscos y peñascos, a veces en zigzag, que correspondían a las antiguas torres.
La entrada principal es la Puerta del Sol ( portugués : Porta do Sol ) que se abre hacia el este, mientras que la «puerta de los traidores», la Puerta de la Rana ( portugués : Porta do Sapo ) como se la conocía, en el norte. El patio este-oeste está cerrado y es accesible desde una pasarela que se usaba para reunir ganado y propiedades durante las invasiones. Es alrededor de estos muros que quedan las ruinas de la antigua cisterna.
Cómo llegar la escultura del Cão de Castro Laboreiro
Como bien decía anteriormente, bastará con coger el sendero que conduce al castillo y a unos 50 metros la escultura ya será visible.
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