El respeto y la educación nunca puede faltar en un divorcio.

Hoy en día ¿quien no conoce a una pareja con niños que se ha separado o está en plena fase de divorcio?

Quizás sea nuestro ritmo de vida, nuestra forma de conectarnos cada vez menos conectada, el que ya ni nos aguantamos a nosotros mismos o vete tu a saber cuales son las razones. Y las contrarias, que nos hacen ver con envidia parejas de ancianos que aun se aman o mucho más importante, se siguen respetando.

Pues a pesar de todo ello, te encuentras historias conmovedoras como esta. Aunque seguro que no es la única.

Victoria Baldwin y su ex marido Adam Dyson llevan tres años divorciados, pero la foto familiar junto a su hijo Bruce, nunca puede faltar año tras año.

 


Su tradición fotográfica se remonta a antes de que Bruce naciera. La foto superior muestra a la entonces casada Victoria con Adam, cuando estaba embarazada de Bruce. Una foto más abajo los muestra con Bruce aun como bebé.

El matrimonio duró un año. Quizás como en la mayoría de los casos, por el pequeño, se hicieron varios intentos pero ya no había vuelta atrás. Todo era inútil, y lo peor de todo es que Bruce comenzaba a percatarse de la mala relación. Por él, tomaron la decisión de llevar un divorcio tranquilo y continuar con una relación amigable o simplemente respetarse mutuamente.

Esta es la historia que cuenta Victoria.

“En las dos primeras imágenes Adam y yo estábamos juntos, en una esperando a nuestro pequeño Bruce y en la otra ya con él. Las demás, son después de nuestro divorcio. Saben… ya ni siquiera nos amamos, tal vez incluso ya ni nos queremos, mucho menos continuamos enamorados y no siempre podemos ponernos de acuerdo. No hemos quedado como mejores amigos pero lo cierto es que hay algo que siempre nos unirá: el amor que le tenemos a nuestro hijo. Es por eso que continuamos conectados y eso ha ayudado a que sea un niño alegre, despierto, inteligente, divertido y sobre todo, feliz.
Quizás ni siquiera somos los mejores padres del universo pero nuestro hijo mira que nos respetamos, además, ambos sabemos que ninguno de nuestros papeles como padres tienen predominancia sobre el otro, ni él es más importante en la vida de nuestro hijo, ni yo lo soy, las cosas son equitativas. Los dos hemos sabido como estar presentes en su vida, darle tiempo de calidad y tener maravillosos momentos con él. No nos culpamos por el desenlace de nuestra historia de amor, las cosas simplemente son como son y ambos estamos de acuerdo en que aferrarnos a algo que ya no tenía futuro, solo dañaría a la larga a nuestro pequeño.
Adam y yo acordamos que nuestro hijo estaría por encima de todo y así ha sido hasta el día de hoy, cada uno valora lo que el otro aporta a la vida de Bruce. Continuamos con la tradición familiar; las sesiones fotográficas en familia, ni un solo peso del que gastamos en hacerlas, imprimirlas y enmarcarlas para colocarlas en la habitación de Bruce, vale tanto como su sonrisa. Él no vivirá con padres viviendo bajo el mismo techo, pero mirará que sus padres a pesar de no estar juntos se tratan con respeto, cordialidad, empatía, amabilidad y armonía, y todo, por el amor que le tenemos”.
Sin duda, un gran ejemplo de como hacer las cosas bien. Un divorcio o separación no tiene que ser una lucha constante en ver a quien quiere más tu hij@, en restarle tiempo al otro progenitor o en pavonearse luciendo lo bien que te va la vida ahora (todo se puede torcer) porque básicamente estás olvidándo lo más importante de todo, que es la infancia de tu hij@.
Disfruta de la mejor manera y sobretodo sé amable y respetuoso. De lo que se ve en casa, se aprende.

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