Nuestra visita de hoy nos sitúa en el municipio de Cortegada o Cortegada de Baños como también es conocido y más concretamente a una de sus pequeñas «perlas» escondidas como es el mirador Coto da Pena junto con el antiguo Balneario.
Para situarnos, Cortegada es muy conocido por sus aguas termales. Una auténtica villa termal cuyas aguas sulfurosas y ferruginosas rondan los 38º, siendo reconocidas por sus propiedades para el tratamiento de distintas enfermedades.
Cortegada se encuentra junto al río Miño, en una zona navegable por pequeñas embarcaciones debido a la profundidad que alcanza el río al encontrarse embalsado entre las presas de Castrelo y Frieira.
La aldea de Cortegada fue destino de viajeros en busca de la salud a base de tomar sus baños, siempre tomados por los campesinos incluso antes de la moda de los balnearios del siglo XIX; se conservan relato de un canónigo de Santiago de Compostela quejándose del estado de los caminos del reino así como sitio de paso en el Camino de Santiago por el Miño que subía desde Portugal y aprovechaban para cruzar por la barca de Filgueira, donde el monasterio tuvo conflictos con el conde de Amarante (rama de los Sotomayor) por el pago de tal servicio movilizando a sus siervos los habitantes de Filgueira y cortegada.
En 1816, Cortegada es una de las primeras poblaciones en tener casa de baños reconocida oficialmente por el gobierno de Fernando VII regulando la existencia de diferentes balnearios incluyendo a Cortegada en la categoría de balnearios con director médico.
A poco más de medio kilómetro de este antiguo Balneario podemos disfrutar de una estupenda zona de recreo para visitar con niños.
El mirador, construido en madera en el año 2015 cubre una cima de una zona rocosa a gran altura sobre el río Miño.
Para llegar al Mirador Coto da Pena, podéis realizar una ruta por un sendero desde el Balneario o bien en coche hasta una pequeña zona de aparcamiento, dónde podréis continuar a pié unos 300 metros.
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