Las pozas de Loureza son una de nuestras piscinas naturales preferidas a la hora de escoger una escapada.
Bien es cierto que en las Rías Baixas no nos falta nada de nada! Nuestras costas, nuestras playas, todo es increíble y el recelo del interior hace que surjan estas pequeñas maravillas para aquellos amantes de la aventura y la naturaleza.
La primera vez que visité estas pozas fue hace un par de años, un domingo bien temprano con la idea de que no iba a haber nadie por la zona, ya que a los que nos gusta este tipo de fotografía tenemos pequeños resquicios de antisociales. Vamos, en pocas palabras que no nos gusta que salga nadie en la foto 😛
Pues nada más lejos de la realidad, a las 11 de la mañana ya había una pareja practicando nudismo y ojo, que es algo que tenéis que tener muy en cuenta. En esta parte alta es muy habitual esta práctica, pero perfectamente podréis disfrutar en armonía con vuestros bañadores.
Para llegar a la zona más alta con el coche, se puede acceder a través de una pista forestal bastante bacheada. Está bien señalizado así que no tendréis problema en llegar. Al llegar al final encontraréis un espacio para estacionar unos 10 coches como mucho. También podéis hacer el recorrido andando desde la carretera general. Son aproximadamente 800 metros así que tenerlo en cuenta si váis con niños.
Las pozas son de agua muy cristalina y aptas para el baño.
La pendiente aquí es mucho más pronunciada formando cascadas a diferentes alturas. Es un entorno muy bonito y tranquilo, perfecto para desconectar.
Un poco más abajo, pegadas a la carretera nos encontramos las Pozas de Loureza (Bogalleira). Son las más transitadas, por su facilidad en el acceso.
No os olvidéis hacer una visita a la Poza do Arco que también resulta un lugar muy interesante para disfrutar de un paseo agradable.
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