El parque infantil de Chapela es conocido por los vecinos como el «parque de las descargas eléctricas».

El domingo, aprovechando el estupendo día de sol, nos hemos acercado al parque infantil de Chapela. Dicen que la curiosidad mató al gato y por eso teníamos que comprobar in situ, si eran ciertos los rumores de que los elementos producían pequeñas descargas eléctricas.

El parque en sí, está muy bien. Es pequeño pero muy resultón, con una llamativa y divertida torreta por la cual los peques podrán tirarse por el largo tobogán.

El suelo es de hierba artificial y muy blandito, ideal para caidas fortuitas. Eso sí, no se garantiza la falta de llanto con el golpe 😉

Quizás el problema principal de las «descargas eléctricas» no sean los elementos en sí, si no que la fricción con la hierba artificial, hace que el cuerpo se cargue de electricidad estática y al tocar cualquier objeto de hierro es cuando se produce un pequeño calambre. Nada grave, pero sí incómodo.

El parque se completa con un pequeño mirador, ideal para que los peques disfruten cuando pasan los trenes y una plaza para que practiquen con las bicis.

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