La batalla de dormir solos en la cama

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Cuando la batalla de dormir solos en la cama se convierte en algo habitual tiene sus razones y te explicamos porqué.

Si hay algo que a los niños les apasiona es dormir en la cama de papá y mamá o pedir agua por si se acaba el mundo. Pero lo que empezó siendo algo esporádico y quizás divertido, se convierte en una rutina que afecta tanto a nuestro sueño como al de los niños.

A todos nos gusta dormir con ellos y si bien es cierto que los niños se sienten más seguros durmiendo con nosotros, a la larga os costará mucho más que adquieran la rutina de dormir en su habitación.

Algunos de los errores más comunes a la hora de acostarlos desde muy pequeños, posiblemente sean los siguientes.

1. Depender del Movimiento.

Es el más común de todos. Desde siempre nos han enseñado que mecer la cuna es bueno, pero si este hábito se prolonga demasiado, cuando sean mayores lo echarán en falta y les resultará muy complicado dormir solitos.

Muchos padres utilizan el carrito para pasear o sabéis que muchos niños se quedan KO cuando viajan en el coche. Pero es probable que no esté alcanzando la fase más profunda del sueño debido al estímulo provocado por el movimiento.

Usa solo el movimiento para calmar y no para dormir.

2. Acostar demasiado tarde a los niños.

El habito del sueño cada vez se está perdiendo mucho más. Si bien, antes nuestros padres dormían mucho más por la noche y en las siestas que lo que hacen los niños de hoy en día.

Es importantísimo que tu hijo adquiera una rutina y un horario de sueño y si por motivos de trabajo, llegas tarde no caigas en el error de querer jugar un poco con él.

Está demostrado que lo niños que se fatigan justo antes de dormir, les cuesta conciliar el sueño y se despiertan con mayor facilidad.

Para que no tengáis problemas, impón un horario fijo de sueño. No esperes a que el niño caiga muerto de sueño.

Quizás a ti te modifique tus planes, pero la salud y el crecimiento de tu hijo está por encima de todo.

Un estudio de pediatras estadounidenses indica que los bebés y niños pequeños generalmente necesitan 12 horas de sueño, los niños en edad preescolar necesitan hasta 13 horas una vez que dejen de hacer la siesta, y los niños mayores deberían dormir de 10 a 11 horas diarias.

3. Demasiados estímulos a su lado.

Los bebés aun no han desarrollado los miedos nocturnos, así que aprovecha para oscurecer el cuarto al máximo. No te fíes de las costumbres de dejar una lucecita encendida. No descansarán correctamente. ¿Sabías que hay estudios que indican que el cerebro sigue funcionando cuando detecta cualquier tipo de luz próxima?

De esta manera los estarás acostumbrando a dormir completamente a oscuras y evitarás, cuando sean mayores, que te pidan una luz. (el mío me pide DOS!!!!!!!!!!)

Otro de los factores que afectan al descanso de los niños son los ruidos. Si estás de charla en la habitación contigua o realizando alguna tarea como fregar platos, etc… intenta encender un ventilador o alguna máquina de ruido blanco. Hacen sonidos de interferencia plana.
Y si hay ruido en una sala vecina, prende un ventilador o una máquina de ruido blanco (hace sonidos como de interferencia en un televisor).
Cuando sean mayores no les permitas el entretenimiento en la cama. MAL HÁBITO!!!
Esto afecta al sueño y al humor y comportamiento en la mañana siguiente.

Piénsalo bien antes de instalar una televisión, ordenador o cualquier dispositivo en el cuarto de tus hijos. Es mucho más fácil no tener aparatos electrónicos en la habitación de tus hijos que negociar todas las noches cuánto tiempo puede ver la tele.

4. Saltarse la rutina nocturna.

No esperes apagar la luz de la habitación y que se duerma sin más.

Desde bebés los has acostumbrado a unas rutinas justo antes de ir a dormir. Bañarse, echarse la cremita, tomar el bibe y quizás algún cuento que otro.

Esas costumbres se van perdiendo poco a poco con el paso del tiempo.

Si por alguna razón no puedes realizarlas, no las pierdas, modifícalas. Crea nuevos hábitos antes de ir a dormir y los niños sabrán que cuando hagan eso, lo siguiente será ir a dormir.

5. Nunca cedas.

Tienes que actuar con firmeza, pero siempre de forma tranquila o sosegada ya que de lo contrario si te enfadas dará lugar a llantos y al excitamiento por parte del crío.

Cálmalo, explícale porqué tiene que dormirse solo y ya! Las veces que sea necesario. Tu hijo, por aburrimiento, conciliará rápidamente 😉

 

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